Oligofrenia o síndrome arcaico anormaligofrénico (del griego poca mente) o frenasténico es el nombre que se le daba antiguamente a una patología psíquica consistente en una deficiencia mental grave como consecuencia de la interrupción del desarrollo de la inteligencia durante el periodo intrauterino o a muy corta edad. Dependiendo del nivel de incapacidad, antiguamente se clasificaba en cuatro tipos, pero es una clasificación arcaica ya no aceptada, dado que muchos de los términos que se utilizaban son peyorativos (véase discriminación):
* Idiota: Incapaz de comunicarse, sin actividad física, imposible de educar. Cociente intelectual (CI) no superior a 30.
* Imbécil: Incapaz de leer o escribir. CI no superior a 60.
* Morón: Autosuficiente en las tareas manuales y con cierto desarrollo de memoria, pero sin la capacidad para desarrollar abstracciones mentales. CI no superior a 90.
* Idiot-savant (literalmente "sabio-idiota", en francés): Autosuficiente para tareas manuales, aunque carente de criterio. Puede llegar a hilar 4 palabras seguidas, aunque no se le llega a entender. Puede presentar algunas habilidades intelectuales en un grado sorprendente de desarrollo.
Últimamente se puede ver que estos mismos se hacen llamar "La banda del León" creando un paralelismo con el traicionero Club de la plata que castigo severamente a los hinchas cagoneros en la pasada semi-final de la copa libertadores. Esta actitud sadomasoquista que acompleja a la hinchada bataraz, sumado a las continuas derrotas clásicas tanto en la cancha como fuera de ellas, hacen creer que lamentablemente la hinchada de Penadoy se encuentra en etapa terminal.
Según especialistas, de aquí a mediados de mayo no quedara ningúno en las calles de nuestro país y ya hay varios hinchas tricolores queriendo cazar vivo al menos a uno y abrir una muestra en el Palacio de Cristal para los que quieran recordar esta raza arcaica y traicionera.
Seguramente los Ingleses pedirán la extradicción de este ejemplar para contar la historia de cuando la compañía ferroviaria dio vida a un Club deportivo en Montevideo (CURCC) y estos, valiéndose de artimañas propias de sus hinchas, se adjudicaron los logros conseguidos por el Club que se desapareció a mediados de 1915. Ampliaremos.