6.01.2011

DAS PENA MANYILLINA




Qué aburrido!


Sin equipos que se diferencien del resto, la Libertadores está para cualquiera


Peñarol-Vélez

APLas semifinales fueron una auténtica decepción
BUENOS AIRES -- Queridos lectores, no tengo dudas, a veces, muchas, un pilón de veces el fútbol se vuelve una actividad demasiado aburrida, caótica y desesperante. Suele pasar y no hay que asustarse, son cosas del deporte...

Después de ver el partido de semifinal de Copa Libertadores entre Vélez y Peñarol, en el estadio Centenario (estadio histórico, de grandes batallas y partidos memorables), me ha surgido una sensación, un pensamiento vano un tanto extravagante que deseo compartir con todos los lectores.

Verán ustedes y sin dejar de lado la objetividad que me caracteriza, tengo que decirles que esta Copa Libertadores, muy floja en lo referente a un buen juego (¿será así La Copa América?) está para que la gane cualquiera.

No hay equipos que se diferencien del resto y ustedes coincidirán conmigo que, en otras épocas, este equipo de Peñarol no pasaba ni la primera ronda. Hoy, dadas las circunstancias, está a un paso de jugar la final.

Tampoco hay grandes figuras en lo individual. Tirenmé un nombre sin pensarlo demasiado. No lo encontrarán, porque ya lo pensé yo y no encontré ninguno. Ni siquera Neymar del Santos que ha tenido buenas actuaciones no llega para ser figura.

El partido de anoche, entre Vélez Sársfield y Peñarol fue un canto a la táctica estratégica (como si jugar fútbol sería algo parecido a librar una batalla), al despliegue físico (habría que felicitar a los preparadores físicos, verdaderos protagonistas de este fútbol moderno de hoy) y al aburrimiento con asombrosa carencia de ideas.

¿Esto es fútbol? ¿Esto es una semifinal del evento continental más importante? ¿La Copa Libertadores se gana defendiendo de local y contraatacando de visitante? ¿Se ha perdido la mística copera?

Bueno, son preguntas que vale la pena responderse para adentro, en silencio, mirándose al espejo y con un libro de Nietzche en la mano.

Fútbol, lo que se dice fútbol dejó de jugarse hace rato. Y en este mar de confusiones, de pérdidas de identidades, aparece un equipo como Peñarol que es beneficiado notablemente por la mediocridad de la época.

Ayer le ganó con lo justo a Vélez en un 1 a 0 para el olvido. Defendiéndose y jugando de local, lo cual deja todo a las claras.

Vélez jugó mejor. Pero cometió un error garrafal: no convertir un gol de visitante. Ahora está supeditado a que Peñarol no le enfuche un zapatazo de 50 metros y lo deje afuera de todo. Puede pasar, es probabilísimo con un equipo como Peñarol.

A mi sano juicio, ni el Santos, ni el Caldas, ni Peñarol, ni Vélez, los cuatro semifinalistas están para ganar la Copa, lo cual es lo mismo que decir que cualquiera de ellos la puede ganar.

Es una lotería. Por ahora, la final es del Santos y de Peñarol. Veo muy difícil que Vélez pueda darle vuelta un resultado a un equipo ultradefensivo y contragolpeador como Peñarol. Me parece estupendo que sus jugadores salgan a decir que lo van a dar vuelta. Pero es difícil.

Por último y rescatando lo mejor de la jornada no puedo dejar de enviarle un cálido abrazo a todos los hinchas salvadoreños y en especial a mi amigo Melvyn Tomasino, admirador del fútbol argentino y de Roque Dalton, gran poeta de quien recomiendo calurosamente su lectura.

Abrazos.


Washington Cucurto es escritor y poeta. Aunque su nombre real es Santiago Vega, él prefiere que lo llamen simplemente \"Cucu\". Su obra siempre recurre a las minorías y a los marginales y entre sus publicaciones se destacan Cosa de negros (2003) y Las aventuras del señor maíz (2005). Además creó Eloisa Cartonera, una editorial que publica libros de autores inéditos latinoamericanos, realizados con cartón. Actualmente está terminando una biografía de Don Ramón, personaje del Chavo del 8.

Fuente:

http://espndeportes.espn.go.com/news/story?id=1303649&s=copalib&type=column