8.14.2009

Tirando la posta - Martín Charquero




Lo que faltaba para seguir liquidando a un equipo que realmente esta en la “ruina”, por favor no se pierdan esta columna de un periodista “hincha Tricolor” reconocido en los medios de nuestro país, hay palo pa todos, desde el Presidente hasta el D.T carbonero.

Durante parte de mi infancia y adolescencia escuché la palabra mística permanentemente en comentarios radiales.La utilizaban para explicar el porque de un resultado inesperado. En estos nuevos malos tiempos,si algún niño fanático de Peñarol le preguntan que conoce sobre mística,tendrá una respuesta fácil… FUERZA MISTICA, que es la decimoquinta saga de los Power Rangers (los hooligans animados).

La perdida de identidad,la falta de títulos, la carencia de hazañas recientes, hacen que el pedido sea urgente. El hincha no banca más. No soporta ver definiciones de torneos sin Peñarol.No quiere seguir Libertadores hinchando por camisetas que no sean aurinegras. El acostumbramiento de no festejar lleva a que los objetivos sean cada vez menos importantes. En décadas anteriores, las metas estaban en ganar copas continentales. Después llegó el quinquenio y el plantel se mentalizaba para adueñarse del Uruguayo. La sequía en títulos hizo que había que llegar a las finales y clasificar a la Libertadores o Sudamericana. Después ganar clásicos. Ahora jugar la Liguilla. La decadencia en los objetivos está a la vista.

Damiani maneja en su vocabulario frecuente la palabra proyecto.Tuvo éxitos empresariales con proyectos urbanísticos y en el deporte intenta aplicarlos en varios terrenos del club. Hay proyecto para todo. Para un nuevo estadio, para un complejo de formativas, para las divisiones inferiores, para el Palacio Peñarol. Pero no hay proyecto ni plan para la recuperación de la mística perdida.Recuperar el peso original de la camiseta,ese que permitió ganar partidos imposibles.Peñarol debe encontrar jugadores que soporten jugar con la aurinegra.En las últimas temporadas abundaron los casos de grandes fútbolistas en equipos chicos que llegaron a un gran club y los fracasos fueron rotundos. La excusa no debe pasar siempre por la carencia de personalidad de esos jugadores. La incomoda mochila de presión con la que carga desde hace años el plantel principal, no permite que algunos virtuosos brillen en Peñarol.

Es hora de cortar la política de prometer proyectos de futuro. El hincha necesita de una realidad digna de un equipo emblema del fútbol uruguayo. Es el momento de recuperar el tiempo perdido, de buscar símbolos del club. Era la ocasión ideal para insertar urgente a Bengoechea y Morena. Con ellos en Peñarol el crédito que los hinchas le dan al equipo por estos dias hubiera aumentado notoriamente. La añorada mística podría volver con la presencia de los gestores de las máximas alegrías de las ultimas décadas. Pero de manera curiosa se esfumó esa posibilidad que había ilusionado a muchos.

Es hora de que alguien ayude a Peñarol. La nueva crisis económica agita la interna de una institución que subsiste ante las permanentes amarguras deportivas.