1891- La directiva del Ferrocarril Central decide armar alguna propuesta para alienar a sus empleados, que no hacían más que pedir aumento y gritarle ordinarieces a las mujeres que pasaban cerca de vías y talleres. Tras barajar diferentes posibilidades (una mesa de ping pong, sesiones de pilates, etc.), deciden crear un club de cricket, al que deciden denominar con una sigla impronunciable, a fin de evitar los cánticos obscenos por parte de las parcialidades rivales. Optan por los colores amarillo y negro, en honor al logo de Asfalkote Penssylvania, empleado para impermeabilizar la casa del primer presidente carbonero, llamado Richardson Smith.
1892- Los directivos del flamante C.U.R.C.C. comprenden que las reglas del cricket son demasiado complicadas para el ciudadano oriental promedio. Deciden probar suerte con el fútbol. Acto seguido, construyen su primer estadio en las inmediaciones de la estación de Villa Peñarol, generando las protestas de los vecinos de la zona (“la Villa es de Todos, no al Carambulódromo” era la consigna).
1894- El elenco mirasol juega su primer encuentro futbolístico, enfrentando a Albion. Gana C.U.R.C.C. en la hora con un gol de cabeza a la salida de un córner mal sancionado por el árbitro. Presa de la alegría, la parcialidad ingresa al escenario, despoja a sus jugadores de sus vestimentas, agrede al árbitro, y destruye uno de los arcos. La prensa de la época titula: “Ganó a lo C.U.R.C.C.”).
1900- Se produce el primer enfrentamiento ante el recién nacido Club Nacional de Football. Gana el C.U.R.C.C. de atrás y sin merecerlo.
1913- La dirigencia del Ferrocarril Central quiere sacarse de encima al club de fútbol, que le trae un problema detrás del otro. Es que con cada partido, sus hinchas se suben a los trenes y arman lío, rompen los vagones, y causan todo tipo de desmán, llegando al extremo de fumar, salivar y hablarle al conductor. Paralelamente, un grupo de 4 socios del club se junta dentro de un taxi y decide cambiarle el nombre al club, que pasará a llamarse “Club Atlético Peñarol”.
1914- La gente del C.U.R.C.C. se entera de que hay otro club con la camiseta parecida, y que al parecer se hizo cargo de sus jugadores, y que de a poco fue alejando a los hinchas violentos de su seno. Brindan con un Mac Pay y se dedican a sus trenes, que dejarían de circular poco tiempo después. Paralelamente, un tal Carlos Scarone dice “cómo está para manyarse unos tortelines con bolognesa”, lo que –por mecanismos que exceden nuestra comprensión– le dio a Peñarol el mote de “manyas” que perdura hasta hoy.
1924- Cansado de tener que compartir favores arbitrales, privilegios reglamentarios y atención de los medios de prensa con Nacional, Peñarol funda una asociación aparte, alejada de la AUF. El punto 1 del reglamento de la incipiente federación establece que el equipo aurinegro deberá jugar todos sus partidos, de local y de visitante, en su propia cancha.
1926- Por obra del señor José Ex Industria, Peñarol vuelve a la AUF. Se juega un Uruguayo Especial que es conquistado por el equipo oro y carbón, gracias a una penal inventado en el minuto 96 por el colegiado de turno, de nombre Gustaf Méndez.
1934- Primer clásico que termina en incidentes, curiosamente no protagonizados por los jugadores manyas. Faltando cinco minutos, el mirasol Juan “la Valija” Salsamendi anota un gol de cabeza muy protestado por el capitán tricolor José Nasazzi, que toma a golpes de puño al árbitro de apellido Semáforo.
1938- Nacional ficha a un tal Atilio García. “Con ese bigote y esa panza no puede jugar ese muchacho. Hoy les jugamos con las achuras” comenta el mandamás mirasol, de nombre John Peter Demianson.
1939- John Peter se pelea a muerte con el empresario Francisco Facal. Acto seguido, Nacional sale campeón durante cinco años seguidos.
1949- John Peter se amiga con Francisco Facal, polvo moral mediante. Facal acerca a Ghiggia, Vidal, Míguez, Schiaffino, Hohberg, Di Stéfano, Cruyff, Puskas, Carlos Bueno y el Lolo Estoyanoff. Con un promedio de cuatro goles por partido, el carbonero equipo se corona campeón. Durante el clásico de la segunda rueda, y mientras Peñarol ganaba 2 a 0, el jugador tricolor Walter Gómez le tira un túnel a Obdulio Varela, y luego sale corriendo rumbo al vestuario a fin de evitar una reacción violenta por parte del moreno elemento. Los compañeros de Gómez hacen lo propio y Peñarol gana por walk over.
(Continuará).
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